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El equipo de Bill Belichick superó a Los Angeles Rams por 13 a 3 y alcanzó a los Pittsburgh Steelers en lo más alto de la tabla de títulos de Super Bowl con seis conquistas.

Por: @duendeverde83 – @globalonet.web

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La primera decisión de los Rams fue cederle el balón a Tom Brady luego de ganar el sorteo previo al partido. Tras algunos acarreos por tierra, el primer intento por aire del mariscal de campo de los New Englad Patriots fue interceptado por el defensa Cory Littleton. La arriesgada jugada de Sean McVay, entrenador en jefe del equipo de Los Angeles, fue la única “victoria” de su equipo en la noche de Atlanta. Tras el partido McVay reconoció “fui superado como entrenador”.

La primera mitad fue una auténtica batalla de  defensivas. Ambos equipos lograron detener los ataques rivales posesión tras posesión. Sin embargo, mientras Jared Goff no pudo prácticamente conectar ningún puente aéreo con sus receptores, Brady no acusó recibo de la intercepción sufrida, y si bien no lo hizo de manera constante, no logró llegar a las diagonales, pudo encontrar a sus compañeros en varias oportunidades, sobre todo al receptor abierto Julian Edelman.  El tiempo de posesión y las tendencias estadísticas favorecían a los Pats, a pesar de ello, al cierre de la primera mitad la ventaja para el equipo de Nueva Inglaterra era de tan solo un gol de campo ejecutado por Gostkowski.

Tras el show de medio tiempo a cargo de Maroon 5 llegó la lesión del defensivo profundo de los patriotas Patrick Chung y tras algunas ofensivas fallidas por ambos equipos, Los Angeles Rams llegarían al empate a través de un gol de campo de Greg Zuerlein. El Super Bowl LIII se definiría en el último cuarto. La mesa estaba servida para que el dúo Belichick – Brady lo haga de nuevo.

Una de las máximas del fútbol americano sostiene que en los momentos decisivos no se buscan jugadas sino jugadores. Hubo un equipo en cancha con dos jugadores en la discusión por ser considerados como los mejores de la historia en sus puestos y aparecieron en el momento justo. Un pase quirúrgico de Brady para Gronkowski dejó a los Pats a menos de 5 yardas del touchdown. El novato Sony Michel (la gran revelación de esta postemporada) consiguió la anotación en el primer intento y tras la conversión de Gostkowski el marcador se estiraba en favor de Nueva Inglaterra por 10 a 3.

Obligado por la situación y la poca ayuda recibida por Todd Gurley, corredor de poder estrella de los Rams, el joven Jared Goff finalmente consiguió soltar más su brazo para poner a su equipo en situación de empate. Pero en una jugada clave, un pase de la selección numero 1 del draft 2016 que buscaba a Brandin Cooks terminó en las manos de Stephon Gilmore. El ovoide y las chances de Los Angeles quedaban en poder de Tom Brady.

Varios acarreos por tierra le permitieron a los Patriotas tener la chance de alejarse por más de dos posesiones y finalmente lo conseguirían con otro gol de campo de Gostkowski. Con el reloj acechando los Rams fueron por el milagro pero chocaron con la realidad.

Los New England Patriots consiguieron su sexto Super Bowl de manera contundente. El 13 a 3 final tiene demasiados sustentos. Belichick le brindó una clínica gratuita a McVay. Brady hizo pesar toda su experiencia y calidad sobre Jared Goff. La linea ofensiva patriota frenó a las estrellas defensivas Rams (entre ellos Aaron Donald, el defensivo del año en la NFL). Edelman (MVP del juego) y Gronkowski aparecieron cuando debían, mientras que la defensiva, en su conjunto, pero apoyada en las inspiradoras actuaciones de Kyle Van Noy y  Stephon Gilmore secaron a la ofensiva angelina.

Tom Brady con el trofeo Vince Lombardi en la mano cerró la noche del Mercedes Benz Arena agradeciendo a los fanáticos y dejando en claro que está motivado para seguir haciendo historia. La dinastía Patriota está más viva que nunca.

Juan Manuel Ferrera.