Paola Marín: «En el handball todo es a pulmón»

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Desde muy chica está ligada al handball, el deporte que ama, juega y enseña. Actual jugadora de Banfield, en la modalidad indoor, y de las “Kamikazes” como se denomina al Seleccionado Argentino de beach handball. Es entrenadora del club Claridad, y también árbitro en la disciplina. “A veces duermo poco por los entrenamientos”. Destaca el esfuerzo de los deportistas en un deporte que crece con coraje y corazón.

Por: @Agustinpalmis@Globalonet.web


Paola Marín jugando con su actual club: Banfield.

¿Desde qué edad empezaste a jugar al handball?

Empecé a jugar a los 13 años en la Municipalidad de Esteban Echeverría. Ahí me federé y competí durante 8 años. Participábamos en una liga sureña que es ASBAL. Llegué al deporte por una compañera del colegio que me invitó a entrenar. Me gustó y me quedé.

Actualmente estás en Banfield ¿Cómo es la actualidad del equipo?

La actualidad del club con respecto al handball de Primera fue irregular. Tuvimos un año complicado por diferentes circunstancias que tuvimos que afrontar, pero finalizado el año  mantuvimos la categoría. Banfield tiene dos equipos femeninos mayores, el A que está en primera en FEMEBAL, y el B que ascendió este año.

¿Femebal es la Federación del handball más importante del país?

Es una de las federaciones más importantes del país, sí. Tiene la mayor cantidad de equipos y jugadores inscriptos de la actualidad.

¿Cómo analizas el desempeño de “La Garra” en el mundial?

Fue más que positivo (“La Garra” obtuvo la mejor colocación histórica para un seleccionado en la disciplina con el 16º puesto en el Mundial de Japón 2019). El hecho de tener jugadoras que están jugando en el exterior potencia mucho el crecimiento de todo el equipo como conjunto. Cada competencia es un paso más a la consolidación, buen perfil y dirección de los proyectos que debe tener el cuerpo técnico.

¿Qué lugar ocupa el handball femenino de Argentina en Latinoamérica?

Tanto Argentina como Brasil son los dos que mayor nivel de referencia tienen en la competencia de Latinoamérica. Eso no quiere decir que no hayan equipos que crezcan y sorprendan en los torneos.

¿El handball está en proceso de crecimiento?

Sí, pero por el desempeño de cada atleta. A nivel apoyo gubernamental no, o al menos no de la forma que uno quisiera. A veces termina siendo todo a pulmón. El amor al deporte hace que se vaya para adelante en cada competencia que se participa.

Te dedicas al arbitraje, sos entrenadora y jugadora en Femebal y Beach handbal ¿Qué lugar ocupa cada una de ellas en tu día a día?

Todos fueron grandes desafíos que me fueron sucediendo a lo largo de la vida. El arbitraje no es algo que hago en la actualidad pero no me arrepiento de haber hecho el curso, quien lo dictacta me ayudó mucho con sus conocimientos. Me dio la posibilidad de ponerme en otro lugar, el del más odiado como dicen, que es el árbitro. Creo que el órden no altera el amor que tengo por cada una de las áreas con las que estoy ligada al handball. Primero ser jugadora, segundo el beach handball que me permite crecer siempre un poco más y por último ser entrenadora. Es algo que amo muchísimo y no lo cambio por nada.

Con las Kamikazes, Selección Argentina de Beach Handball

¿Existe competencia nacional de beach handball?

Actualmente existen torneos que realizan diferentes clubes, y más aún en la época de verano donde aparecen organizadores. Cabe destacar que el beach handball cada vez está pisando más fuerte en Femebal con la organización de una liga oficial. Esperemos que sea pronto para que se pueda sumar cada club con sus jugadoras y jugadores.

¿Cómo llegás a formar parte del equipo argentino de beach handball?

Estaba entrenando hace bastante en un club de la localidad de Lanús y una de las chicas me ofreció ir a probar cuando todavía se entrenaba en Parque Sarmiento en condiciones un poco humildes. Empecé de cero y me costaba bastante porque era un ambiente de diferentes reglas y superficie. Estuve un tiempo y por condiciones laborales tuve que dejar. Unos años después me crucé con el DT de la Selección y me picó el bichito de volver por ese desafío pendiente y así volví hace un año y medio. Me costó mucho, sigo aprendiendo en el día a día pero estoy más que feliz de formar parte porque es un gran grupo humano.

¿Es difícil la organización de partidos internacionales con el equipo de beach handball?

En realidad las competencias se dan con respecto al resultado de torneos anteriores que generan clasificaciones a futuros torneos. Todo se relaciona al desempeño del seleccionado en diferentes torneos.

¿Está creciendo el beach handball desde los Juegos Olímpicos de la Juventud?

Sí, siempre estuvo en crecimiento. Conozco a las chicas que hace años están en la Selección y sé que tuvieron resultados extraordinarios a lo largo de los años. Este tipo de competencia genera un interés importante entre gente de todas las edades por todo lo que su desarrollo implica.

¿Creés que la aparición del beach handball puede atraer a que más jóvenes se acerquen al handball o estas disciplinas pueden terminar “compitiendo”?

No tengo la menor duda que eso lleva a que cada vez se acerque más gente. Es un hermoso deporte y hay muchos lugares y clubes que ya instalaron sus canchas de beach handball para que más personas puedan llegar a acceder, y de todas las edades.

¿Cómo te adaptaste del handball en cancha de cemento a la arena? ¿Cuáles son las principales diferencias?

Me costó bastante. Es otra superficie, otro estilo y forma de jugarlo. La mayor diferencia es el flay, un giro de 360° previo al tiro al arco para que el gol valga dos puntos. Me costó bastante, pero entrené todos los días en la cancha de Banfield hasta que me salió. Cada día aprendo algo nuevo, pero estoy más que feliz cuando estoy en esa superficie.

Las dimensiones de la cancha son distintas, las de beach son de 27 x 12 y en el handball indoor 40 x 20. En beach se juegan dos tiempos de 10 minutos y en indoor son dos de 30 minutos.

¿Qué es lo que más le recalcas a tus dirigidas al momento de entrenar?

Siempre recalco que durante el aprendizaje podemos perder más que ganar, pero siempre hay que mantener la frente en alto para dar todo en la cancha. Amo entrenar a cada categoría y un avance por más mínimo que sea es lo más hermoso. Quiere decir que vamos por el buen camino. Todo ese esfuerzo que se hace tiene su recompensa. Por eso les remarco que nunca dejen de intentar por más agotador que sea el camino.

Agustín Palmisciano.