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El Mundial de Fútbol Italia 1990 ha marcado un antes y un después en el fútbol argentino. Sin embargo, el segundo puesto obtenido por la Selección Nacional se reduce a una anécdota deportiva en un mundial que tuvo una de las últimas expresiones de un mundo que ya no existe.
Por: @Duendeverde83 – @Globalonet.com
Para el pueblo futbolero argentino Italia ´90 sigue siendo un mundial especial. Añejado como un buen vino, se ha convertido en un fetiche nostálgico. Una épica que no parece tener fecha de vencimiento. Las patadas de los cameruneses, la insólita lesión de Pumpido, el tobillo de Diego, el bidón de Bilardo, los goles de Caniggia, los penales de Goyco, las puteadas de Diego mientras los tanos silbaban el himno argentino y Codesal. Todas piedras fundamentales del Nuevo Testamento del fútbol argentino.
Más allá de victorias y derrotas, suceden historias dentro de la Historia. En su camino de 7 partidos hacía la final, el equipo argentino enfrentó a 3 rivales que sin saberlo disputaron su último mundial de fútbol. No fue por incapacidad deportiva que no lograron clasificar a ningún otro mundial de allí en más. Estos 3 equipos se quedaron sin la Nación a la que representaban. Incluso el campeón.
El “Ejercito Rojo” que fue vencido
Una de las dos victorias Argentinas durante el Mundial de 1990 sucedió el 13 de junio en el estadio San Paolo. Los goles de Pedro Troglio y Jorge Burruchaga bastaron para derrotar por 2 a 0 al seleccionado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Con la victoria, el equipo argentino recobró las esperanzas luego de la derrota en el debut ante Camerún. Para los soviéticos, la segunda derrota consecutiva significó la obligación de ganar por goleada ante Camerún en la última fecha de la fase de grupos y esperar que Argentina y Rumania no empaten. Si bien lograron el primer objetivo al imponerse por 4 a o ante los africanos, el empate en 1 entre argentinos y rumanos, sentenció el fin de la URSS en Italia y la última participación del equipo en competencias oficiales. Tras el fracaso de la Perestroika y la disolución de la Unión Soviética a fines de 1991, la FIFA reasignó el registro del equipo soviético a la naciente Selección de Rusia.

El penal que desató la guerra
Goyco espera con las manos apoyadas sobre sus rodillas. Parece petrificado. Aguarda la sentencia penal de Faruk Hadzibegic, el capitán Yugoslavo. Instantes después cambiaría la historia de la Selección Argentina. Instantes después se desataría la guerra. Ivica Osim, entrenador de aquel equipo balcánico expresó una duda que despertó tras la eliminación de su equipo en los cuartos de final de Italia 90. “Creo que las cosas en el país hubiesen sido distintas si hubiésemos jugado la final o ganado el Mundial. Quizás no hubiese habido guerra”. Lo cierto es que poco tiempo después, con el comienzo de las Guerras Yugoslavas en 1991, la separación de los Estados que formaban la República Federal Socialista de Yugoslavia derivó en la desintegración del el equipo formado por figuras como Savicevic, Stojkovic, Prosinecki, Suker y Boksic. Muchos de los integrantes del plantel yugoslavo de Italia ´90 tuvieron la oportunidad de seguir representando a su país de origen, incluso en en citas mundiales, sin embargo para la FIFA el sucesor del legado yugoslavo le correspondió a la Selección Serbia.
El último campeón del viejo mundo
La consagración de Alemania Federal en el Mundial de Italia fue un hecho simbólico que excedió largamente la cuestión futbolística. Italia ´90 puso al mundo en evidencia. La consolidación y el avance del sistema capitalista. La reconfiguración geopolítica del mundo. La humilde Selección Argentina de Maradona y Bilardo no pudo torcer la tendencia. Cayó derrotada en la final frente a la Alemania de occidente. Quizá sirva como consuelo y ayude a olvidar la expulsión de Monzón, a Codesal y el penal de Andreas Brehme.
A diferencia de las selecciones de la URSS y de Yugoslavia, la desaparición de Alemania Federal fue la consecuencia de una unión. Ese mismo año la firma del Tratado Dos más Cuatro en Moscú permitió la reunificación alemana. La República Democrática Alemana se anexó a la República Federal de Alemania. 24 años más tarde Alemania recobraría la gloria futbolística ante el mismo rival y por el mismo resultado.

Juan Manuel Ferrera.