En junio de 2018 llegó a Leeds para hacerse cargo del club de la ciudad, la cuarta más grande de Inglaterra por detrás de Londres, Birmingham y Liverpool. Luego de una buena primera temporada, el ascenso a la Premier se frustró en los playoffs. Sin embargo, un año después, el Leeds consiguió el título en la Football League Championship y el gran objetivo de retornar a la máxima categoría del fútbol inglés luego de 16 años.
Tras su paso por nueve clubes y dos seleccionados, los títulos no abundan pero al mundo de este deporte, no le es indiferente. Entre elogios y críticas, Marcelo Bielsa sigue ejerciendo docencia en el fútbol.
Por: @Agustinpalmis – @Globalonet.web
El argentino se convirtió en el cuarto director técnico en salir campeón en la historia del Leeds. Una calle bautizada con su nombre y cánticos dedicados a su persona, son parte de las muestras de agradecimiento de los hinchas. La revolución Bielsa sella un pacto de idolatría y respeto con los fanáticos a partir del ascenso concretado después de 16 años.
El hombre que no habla inglés y de largas conferencias de prensa, fue ganándose el lugar en la admiración de sus colegas a partir del trabajo más allá de títulos y coronaciones. Guardiola, quien antes de dar sus primeros pasos como técnico visitó al entrenador argentino para aprender de su experiencia dijo: “La calidad del trabajo no se mide en títulos”.
En el futbol todo es discutible, pero hay cuestiones que con el paso del tiempo se hacen inocultables. No hay lugar para Bielsa en este capitalismo voraz que domina al fútbol de elite en Europa. Bielsa no dirigió a los grandes, porque no busca una máquina de triunfos sin antes convertir a sus jugadores en mejores personas, en mejores elementos de la sociedad. Los grandes magnates que controlan el destino de los gigantes del fútbol europeo analizan el deporte con otro prisma, resultados y dinero.

El rosarino nacido futbolísticamente en Newell’s, en la década del 70, pasó por 3 clubes hasta retirarse tempranamente por una lesión en 1980. En 1990 daría sus primeros pasos como entrenador en el club de sus amores. En la Lepra, equipo que hoy lleva el nombre del entrenador en su estadio, consiguió el título de campeón en 1990 y 1992. En esa etapa, abordo de su Fiat 128 fue pionero en la búsqueda de talentos a lo largo y a lo ancho del país junto a Jorge Griffa. Entre los destacados se encuentra uno de sus mejores alumnos en el ejercicio de la dirección técnica: Mauricio Pochettino. Luego iría a México para dirigir Atlas y América sin lograr ningún título. Más tarde, en 1998, volvería a salir campeón en Argentina, aquella vez con Vélez.
Luego de dirigir el equipo de Liniers, al argentino le llegó a su primera experiencia europea, en España, con el Espanyol de Barcelona: 6 partidos, 3 derrotas, 1 triunfo y 2 empates fue el saldo total del entrenador que dio un paso al costado para dirigir al seleccionado argentino. Allí, se mostraría unas de las mejores producciones futbolísticas del seleccionado con los protagonismos principales de Gabriel Batistuta, Juan Sebastián Verón y Ariel Ortega. Aquel equipo argentino, con la pesada mochila de haber sido el maximo candidato al título de Corea-Japón 2002 no lograría pasar la primer ronda de un mundial que llegaba a nuestro país en horas de la madrugada y que formuló algunas preguntas que nunca tendrán respuesta ¿Y si hubiese estado Riquielme?, ¿Podían Crespo y Bati compartir minutos en cancha? Hoy muchos de los jugadores del 2002 lo elogian por su calidad humana, por encima del gran fracaso del equipo que desencadenó las críticas que aún persisten en él como una pesada mochila. Pese al oro olímpico de Atenas 2004, anteúltimo título oficial conseguido por la Selección Argentina, Bielsa daría un paso al costado y unos años más tarde, su camino seguiría al otro lado de la cordillera.
En Chile hizo una revolución. El equipo trasandino consiguió con el entrenador argentino la clasificación al mundial de Sudáfrica 2010, tras 12 años sin presencias mundialistas y la base de sus dirigidos se convirtieron en figuras del fútbol europeo: Alexis Sánchez, Arturo Vidal y Claudio Bravo. Luego volvería la etapa europea a nivel clubes con el Athletic de Bilbao, donde impuso su estilo de juego, potenció figuras y colocó al equipo del norte de España a los primeros lugares del fútbol de aquel país al que tan acostumbrados estaban en épocas pasadas. Pero el equipo donde jugaban Ander Herrera, Fernando Llorente y Javi Martínez, perdería dos finales de Copa del Rey, y el entrenador, daría por finalizado su ciclo al mando de la dirección técnica de la institución. Francia lo recibía al poco tiempo, con una destacada estadía en el Olimpique Marsella, gracias a una gran campaña peleando hasta las últimas fechas ante el poderoso PSG, quien finalmente se quedaría con la Liga. Luego un breve paso por el Lille con magros resultados y una llegada frustrada a la Lazio de Italia, cerraría su periplo para llegar a su actualidad: el Leeds.
Desde el momento que se hizo cargo del club, el combativo Leeds United nunca bajó de la 5ta posición en Liga, y la coronación llegó en la última temporada. Bielsa aún no renovó su contrato. Pero en caso de hacerlo, el sueldo de 8 millones de Libras lo colocará como el sexto técnico mejor pago del país, por detrás de Guardiola (20millones), Jurgen Klopp y Mourinho (15 millones), Carlo Ancelotti (11, 5 millones) y Brendan Rodgers (10 milliones). Mientras que el club recibirá, solo de televisión 213 millones.
Ubicado en una frontera imaginaria entre Menotti y Bilardo, Bielsa conjuga el estilo de juego dinámico de ataque y defensa a partir de la posesión, expresión innegociable en la idea táctica de un entrenador que al llegar al Leeds, pidió mejoras de esparcimiento para sus dirigidos y la posibilidad de hasta tres turnos de entrenamiento. Hoy muchos lo elogian, una ciudad entera le agradece y recibe el reconocimiento de sus pares. No logró gran cantidad de títulos, pero formó personas, un detalle que todos sus dirigidos en 30 años de carrera le reconocen a este rosarino apodado como el Loco.
Agustín Palmisciano.