La ficción viene de la realidad. La realidad supera a la ficción. La situación actual de los jugadores en el contexto de pandemia nos obliga a reflexionar sobre sus derechos como trabajadores y traer a colación la historia verdadera sobre la huelga de futbolistas en Argentina, la creación de su sindicato y cómo esto se relaciona con el presente.
Por: @Ezequiel.Olasagasti – @Globalonet.web

Hace un tiempo ya, subimos a este querido espacio quincenal de Globalonet una historia de ficción llamada “Huelga de futbolistas».
La candente actualidad nos obliga a volver sobre el tema con una segunda parte. Pero esta vez, al mejor estilo de una franquicia de películas hollywoodenses, esta secuela es en realidad una precuela que explica cómo se llegó a la realización del cuento. La historia real que inspiró a la ficción.
Los jugadores de fútbol son trabajadores. Pero esperen no se vayan de la nota todavía. Hay que admitirlo. Después podremos discutir hasta que las velas no ardan si se puede poner en la misma bolsa a Tévez y a Juan Carlos que hombrea bolsas de cemento en la construcción. Pero las palabras son así de caprichosas, pensemos que ex jugadores son tanto Batistuta como Sebastián Tapia, hijo del Chiqui Tapia, que jugó dos partidos en 2019 para Barracas Central.

Pero volvamos a eso que nos cuesta tanto decir: “Los jugadores de fútbol son trabajadores”. Les pagan por jugar al fútbol como a un actor le pagan por colgarse de un arnés con una tela verde atrás fingiendo que vuela. Así que como trabajadores los futbolistas tienen derechos que deben ser respetados. Para eso cuentan incluso con un sindicato que los protege (o eso dice) llamado “Futbolistas Argentinos Agremiados” (F.A.A). El secretario general de este sindicato, por ende encargado de proteger los derechos de los jugadores, es el ex jugador Sergio Marchi.
Ya dejando de preparar el terreno comencemos con esa huelga que inspiró lo que, según mi mamá y dos de sus amigas, es un cuento maravilloso. En el año 1948 se le declara la primera huelga al reciente gobierno de Juan Domingo Perón. Esta huelga no fue de metalúrgicos, ni de textiles o de los frigoríficos. Los primeros en protestar por sus condiciones de trabajo fueron los jugadores de fútbol. Suena raro hoy en día, pero debemos quitarnos ese pensamiento de que todos los jugadores fueron siempre millonarios. Sin ir más lejos, basta con hablar con jugadores del ascenso o jugadoras de fútbol femenino y preguntarle si en la actualidad llegan a fin de mes con solo pegarle a la pelotita. En los años cuarenta la cosa era aún peor. “Los millonarios” era un apodo que podía irle bien a cualquiera de los clubes de Buenos Aires y no solo a River Plate. La diferencia entre lo que ganaban los clubes y lo que les pagaban a los jugadores era abismal. Fue así que el 4 de noviembre de 1948 se formó el gremio “Futbolistas Argentinos Agremiados» que declaró la primera huelga de futbolistas profesionales.

Cabe aclarar que nuestro país había tenido ya otra huelga de jugadores en abril de 1930 cuando la AFA era la “Asociación Amateur Argentina de football” (AAAF). En esta huelga los jugadores pedían libertad para pasar de un club a otro sin la necesidad de que los clubes lo pacten entre ellos. Este nuevo sistema, que requería llevar un registro de los nuevos jugadores como empleados del club, sumado a la necesidad de calmar los reclamos de los jugadores devino (de forma indirecta) en el profesionalismo del fútbol en el país en 1931.
En la huelga del ´48 la flamante “Futbolistas Argentinos agremiados» volvió a pedir por los derechos de los trabajadores. Exigían un sueldo mínimo, la libertad de contratación una vez cumplido el compromiso laboral y el reconocimiento por parte del estado de (FAA) como gremio. El torneo de ese año se siguió a pesar de la huelga (si no te lo paraban por un golpe de estado, imagínate), según AFA “por respeto a los espectadores». Sin embargo, el campeonato obtenido por Independiente perdería un poco de brillo. Racing Club, líder del mismo hasta el inicio de la huelga, dejaría pasar su consagración al negarse a jugar en apoyo a los jugadores que paraban. La AFA, además, lo multó con cuatro puntos por no presentarse a jugar, quedando así en cuarta posición detrás de estudiantes de la plata y, el subcampeón, River Plate. De esta manera La academia manchaba un poco el trofeo de su clásico rival de Avellaneda.
Otra anomalía que dejó el conflicto gremial en el campeonato benefició a Gimnasia y Esgrima de La Plata. Otra de las medidas de la AFA fue la de suspender los descensos de ese año salvando al Lobo de caer en la segunda categoría del fútbol argentino.
La huelga resultó exitosa en cuanto al cumplimiento de los pedidos de los trabajadores pero fue un golpe, al menos deportivo, al nivel futbolístico del país. Muchos de los jugadores más importantes de la época emigraron para jugar en otros países. ¿Por qué? La victoria de la huelga había aumentado las ganancias de los jugadores que menos dinero percibían pero también puso un tope de $1500 que afectaba a las figuras que más ganaban. El caso más trascendente fue el de Alfredo Di Stefano que si bien apoyó la huelga desde el primer momento y fue uno de sus abanderados, también fue de los primeros en rajar cuando le tocaron bolsillo. La Meca da las estrellas argentinas fue Colombia, uno de los países que no estaba afiliado a la FIFA (Sí, en esa época había países fuera de la FIFA. No como ahora que tienen más estados afiliados que la ONU). En Colombia los sueldos eran mucho mejores e incluso recibían premios por salir campeones. Adolfo Perdernera, ídolo de River y miembro de la llamada “Máquina”, fue tras los pasos de su compañero Alfredo junto otros cientos de jugadores argentinos que partieron al país cafetero. Curiosamente, Perdernera había sido uno de los ideólogos de la huelga.

A pesar de que el país perdió grandes nombres (incluso Di Estefanía terminó jugando para la selección Colombia) lo cierto es que un pequeño temita llamado segunda guerra mundial también impedía que se juegue mucho a nivel selecciones.
Desde esa huelga de jugadores del ´48 hubo varias intervenciones del gremio de jugadores para ayudar a estos últimos cuando sus derechos son afectados por el club para el que juegan. Sin embargo, la mayoría de estos conflictos fueron por cuestiones económicas. En este contexto de pandemia, resulta extraño que FAA no esté poniendo el grito en cielo por el trato que los trabajadores del fútbol están recibiendo por parte de los clubes, la AFA, el gobierno nacional y la CONMEBOL (lo pongo en orden de poder). Esta semana los choferes de colectivos amenazaron con un paro general sino se los incluía en el plan de vacunación contra el coronavirus ya que eran tratados como trabajadores esenciales. Esto plantea una pregunta: si a los jugadores se los hace jugar (no solo en el torneo local sino en copas que los hacen viajar por toda Sudamérica) ¿Son estos empleados esenciales? Y, si llegamos a la conclusión que lo son, debemos admitir que deberían estar incluidos en el plan de vacunación.
Entiendo lo que están pensando “¿Cómo vas a vacunar los futbolistas antes que a los maestros o los adultos mayores?». La idea del planteo anterior no es pedir porque los futbolistas tengan más privilegios, sino que se entienda que se esta poniendo los recursos en el lugar equivocado.
Y mientras siga sucediendo que la CONMEBOL se pasee con los pantalones abajo ordenando jugar con un estallido social de fondo, en medio de una segunda ola o sin tus jugadores sanos, no queda otra lógica que pedir a “Futbolistas Argentinos Agremiados” que salgan a pedir por los derechos vulnerados de sus compañeros trabajadores.
En el cuento “Huelga de futbolistas” toda la situación se desata cuando un jugador muere en el campo de juego por la violencia de las tribunas. Este es el caso donde esperamos que toda la historia no sea más que un “Basado en hechos reales” y no una profecía a futuro como también sabe ser la literatura.
Ezequiel Olasagasti.
Se juega como sea
En medio de la pasividad de los clubes debido a los factores económicos que ofrecen los torneos internacionales, AFA y el gobierno decidieron suspender la actividad en el país, pero Conmebol no suspende la Copa Libertadores y Sudamericana. En un marco donde las restricciones se endurecieron por la escalada de los casos de Covid-19, en Argentina los planteles de copa pueden entrenar y jugar sus partidos entre semana por ambos certámenes. Además, Colombia se bajó de la organización de la Copa América y Argentina puede quedar como única sede, en ese caso debería albergar 15 partidos más en el momento más duro de la pandemia. En paralelo, el atletismo argentino sufre un nuevo golpe. 50 atletas debían viajar para participar del sudamericano de Guayaquil y por problemas de presupuesto, la CADA y el ENARD dispusieron que viajen sólo 17. No hicieron huelga, solo los bajaron del avión. Para poder participar, los participantes lanzaron una colecta para poder estar presentes con el apoyo del influencer Santiago Maratea.
