Los del Sur: de los estadios a las calles

Uno de los clubes más populares de Colombia es Atlético Nacional de Medellín, una ciudad marcada por el fútbol, que vivió épocas oscuras por el narcotráfico en tiempos de Pablo Escobar, líder del Cartel de la ciudad. Cuatro años después de su muerte, en 1997 nacieron los del Sur, la barra del equipo verdolaga que, a través de un proyecto social buscan terminar con la violencia en las calles y los estadios. Raúl Martínez es sociólogo, arquitecto y uno de los líderes de la hinchada que recibe su nombre por ubicarse en el sector más económico del estadio Atanasio Girardot: la tribuna sur.

En su casa en Medellín, y a través de una llamada por zoom se observa una biblioteca repleta de libros que van desde Gabriel García Márquez al argentino y especialista en sociología y deportes Pablo Alabarces. Raúl cuenta que sus títulos universitarios no lo definen más que su amor por Atlético Nacional, y dice: »Primero soy hincha, después el resto». Los del Sur nacieron como alternativa a la barra de aquellos años violentos llamada Escándalo verde.

Martínez, se define como barrista y lo dice con orgullo. No le preocupa el qué dirán, pero hay algo que sí lo moviliza, y mucho, la situación social de su país. Desde el 28 de abril, el proyecto de una reforma tributaria colapsó la paciencia de una sociedad marcada por la falta de recursos y el Covid. »La gran cantidad de problemas nunca se resolvieron y hoy la gente está desesperada», cuenta. El conflicto tomó mayor notoriedad pública internacional a partir del fútbol, donde la Copa Libertadores y la Copa América sirvieron como escenario de visibilidad, aunque intentaron taparlo.

Por: @Agustinpalmis@Globalonet.web


Los del Sur se reúnen y participan de las marchas. En paralelo, generan proyectos culturales que Raúl Martínez lleva adelante: »En la barra hay un comité para cada área, y veo con mucho orgullo todo lo que logramos». En esas reuniones se piensan ideas para mejorar la calidad de vida de los participantes. Pero debido a la situación del país, todo se centra en un solo terreno: la calle.

Al momento de repasar los hechos que se vieron a través del fútbol, es tajante: »No es la primera vez en el continente que intentan tapar un problema social con el fútbol». A principio de mayo, el gobierno del presidente Iván Duque junto a la Conmebol, decidieron no postergar los partidos.  Primero, fueron trasladados a Paraguay, y una semana después volvieron a jugarse en Colombia. Mientras se jugaba, la policía reprimió a los manifestantes en las cercanías de los estadios, y para evitar que la televisión emitiera el sonido de la represión, por los altoparlantes de las canchas sonaba reggaetón.

»Es muy triste ver que en un marco democrático pasen estas cosas», dice Martínez, y describe con simpleza su visión de la barra: »Con todas estas cosas que pasan, nosotros no podemos ser un elemento más de violencia. Mi país ha sufrido mucho». Desde una cuestión estética, los del Sur, son iguales a cualquier hinchada argentina, usan banderas, bombos, cantan y acompañan a los equipos a los partidos, donde las tribunas se tiñen de verde y blanco. La diferencia está afuera, donde generan charlas y dan trabajo a personas de bajos recursos, que también pueden hacerse miembros de la barra, porque los del Sur, no son un grupo cerrado. En Colombia, esta práctica está regulada por la ley, y se la conoce como barrismo social, donde su fin es transformar una práctica negativa en positiva: »No tenemos problemas en sacarnos fotos con periodistas, o presidentes del club. En otros países también pasa, pero no está blanqueado».

A través de su labor y los proyectos que generan, han creado empresas de comida e indumentaria, todo bajo el nombre Los del Sur como marca registrada: »Hemos hecho muchas cosas, trabajos culturales y sociales y sé que en otras latitudes suena extraño». También fundaron un equipo de fútbol llamado Club Deportivo los del Sur, y ha llegado a jugar contra Atlético Nacional por liga regional y le han ganado al equipo de sus amores: »Como hincha me pone muy triste, como parte de los del Sur me pone contento», dice entre risas.

Los barristas de Atlético Nacional también participan activamente de reclamos sociales, y hoy adhieren al paro nacional en reclamo al gobierno de Iván Duque y sus políticas. Raúl recuerda otras marchas de las que fueron parte, como en 2019 o la reforma estudiantil de 2007, y destaca una particularidad más en su hinchada: ‘’Cuando formamos Los del Sur, muchos éramos adolescentes o un poco mayores. Hoy la mayoría del comité también es profesional. Hay abogados, psicólogos y sociólogos’’.

En el marco de las protestas, el presidente Duque pidió una prórroga a la Conmebol para retrasar el inicio de la Copa América, que se iba a celebrar con sede compartida entre Colombia y Argentina. El máximo organismo del fútbol sudamericano se negó a este pedido y el torneo de selecciones se hará en Argentina. Aliviado por la decisión dice: ‘’Mi postura como hincha es que no se debía jugar porque el fútbol es alegría y pasión. En un marco así no lo hay, y se hubiera recrudecido el conflicto’’.

Mientras que en otras latitudes las barras reclaman resultados deportivos desde las tribunas o con otros métodos violentos, los del Sur hacen otro tipo de pedidos y de manera pública. En las últimas horas publicaron en las redes sociales un mensaje a las autoridades del club, jugadores y cuerpo técnico donde piden empatía con el pueblo en las calles. En el texto, destacan que el silencio y la indiferencia no es un valor de la institución, y por último preguntan: ¿En qué parte de sus contratos les prohibieron apoyar a su pueblo?

Allá por 1997, comenzaron a hablar con los hinchas de otros equipos para frenar la violencia por el color de las camisetas: ‘’En Colombia no es como en Argentina. En Buenos Aires se concentra el 60% de los equipos, y acá eso no ocurre. Por ciudad son dos o tres y los estadios son compartidos’’. El otro equipo de Medellín, Independiente, también ha manifestado su apoyo a las causas sociales y se llegaron a cruzar ambas hinchadas. ‘’Al principio se temía por enfrentamientos, pero ya no. En la cancha queremos ganar, pero afuera buscamos el bienestar’’, y agrega que en un grupo social nunca se puede pensar de la misma manera, pero que siempre hay un lugar desde donde construir.

Raúl tiene un deseo y no es que su equipo logre un nuevo título internacional, sino que la violencia en su país termine: »En 200 años de historia no hemos tenido alternancia política y la gente necesita mejores condiciones para vivir. No hemos tenido dictaduras como en Argentina o Chile y las estadísticas de muertes y desapariciones son altísimas», desde su rol como hincha comprometido con las causas sociales, lucha todos los días por lograr una Colombia mejor.

Agustín Palmisciano.