Mauro Giallombardo: Renacer de las cenizas

A casi cuatro años del accidente que casi le cuesta la vida en la Ruta Nacional 40 en Villa La Angostura tras impactar con un colectivo de larga distancia, Mauro Giallombardo, campeón del TC Mouras en 2008, TC Pista en 2010 y Turismo Carretera en 2012- se toma un café mientras cuenta sus inicios en el automovilismo, sus victorias, el accidente que lo hizo renacer, su presente en las pistas y su pronto futuro.

Por: @Martinellilu@Globalonet.web


Fotografía de archivo

Parece volver al tiempo atrás cuando recuerda que con 5 años empezó como a meterse en el mundo del automovilismo. “Todo arrancó con la familia, mi viejo, mi tío y un primo me armaron el karting”, dice. Ninguno de sus familiares corrió de manera profesional, pero el amor por los autos es una herencia que la lleva con desde que nació.

En 2004 fue su último año en la categoría karting, y a su vez, llegó su prueba en el automovilismo profesional de la mano del equipo Renault en 2005. “Fue un poco accidentado el comienzo y en la primera vuelta me quebré la muñeca”, cuenta Mauro de su inicio en San Jorge con la escudería francesa. La persistencia y la seguridad por hacer realidad su pasión lo llevó a seguir adelante, y así consiguió una nueva oportunidad en 2007, cuando Ford tocó la puerta de su casa: “Fue la primera vez en autos con techos. Me marcó a fuego y me vinculé mucho durante todo ese tiempo”, dice Giallombardo, que logró varios campeonatos representando a Ford.

En 2009, el piloto argentino debutó en el TC pista y aunque no salió campeón, la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC), lo premió con el ascenso a la máxima división del automovilismo nacional, pero Giallombardo decidió que no era el momento: “No me sentía preparado y siento que el tiempo me dio la razón”, cuenta. Es que Mauro, pensó que todavía debía ajustar ciertos conceptos a pesar del empuje de su juventud y agrega que a veces hay batallas que son mejor no pelearlas y que en 2011, cuando aceptó la oportunidad no la desaprovechó. Mientras tanto, se coronó campeón de TC Mouras en 2008, TC Pista en 2010 y el más importante en 2012, cuando levantó el título de campeón del Turismo Carretera.

¿Qué significó para vos haberlo conseguido un año después del fallecimiento de Guido Falaschi?

Que pregunta difícil. Él era mi amigo y viví la perdida como tal. Pero para mí no tiene nada que ver los resultados que haya tenido a nivel deportivo con la muerte de Guido.

¿Imaginaste alguna vez que tu auto campeón del 2012 estaría en el museo del turismo carretera junto con el cupé de Juan Manuel Fangio y el Chevrolet tricampeón de Juan Maria Traverso, entre otros?

Es impensado, después de nueve años es increíble. Traverso es mi ídolo y Fangio es el ídolo de todo el país, ellos son campeones de la categoría de la cual yo fui campeón. Pero lejos de hacer cualquier similitud, ellos son realmente grandes y han hecho grande la historia del automovilismo. En mi caso, me toco ser parte un poco de esa historia, pero jamás se me cruzó por la cabeza creerme igual de importante que ellos por el hecho de pertenecer al museo de la categoría.

Fotografía de archivo.

En agosto del 2017, vivió uno de los momentos más difíciles de su trayectoria y de su vida cuando sufrió un accidente en la Ruta Nacional 40, mientras estaba de vacaciones con amigos en Villa La Angostura. Su rehabilitación obligó a que deje en pausa su trayectoria en el automovilismo y cuenta: “No sé si voy a pueda volver a correr, si fuera por mí lo haría mañana mismo”, además agrega que la recuperación se frenó por la pandemia ya que necesita un estudio en EEUU que previene lo que podría causarle un nuevo impacto en su cabeza. Mauro Giallombardo muestra una mezcla de ansiedad por volver al automovilismo con la calma de quien vio de frente a la muerte y pudo esquivarla: “Me reinventé para seguir adelante. Si un médico me dice que no corro ningún riesgo, soy el primero en subirme al auto”.

Fotografía de archivo

Ahora que estas abajo del auto y que tenes la responsabilidad de ser el jefe del equipo, ¿Se siente la misma adrenalina que sentías cuando estabas corriendo?

Lo vivo como una pasión extrema y disfruto mucho de formar parte del equipo desde el lugar que hoy me toca ocupar. Se vive diferente, Es como subir a un ring y no tener la posibilidad de tirar una piña. Estoy viviendo un poco lo que vivió mi familia al lado mío cuando yo corría.

¿Cómo visualizas tu futuro?

No estoy seguro por donde pasé mi futuro, pero sí que elegí, y elijo, todos los días estar ligado al automovilismo de alguna manera. Ojalá que tenga la posibilidad de hacerlo manejando, pero si no es así, soy el tipo más feliz del mundo por poder seguir con el automovilismo y hacerlo mi profesión.

Lucía Martinelli.