Mariela Coronel: “El máximo logro es que a los 40 siga jugando”

 “No es profesional aquel que gana mucha plata, sino el que lo hace por amor”, dice Mariela, referente de todos los equipos en donde jugó, y que hace 14 temporadas lo hace en España, en la Primera y Segunda división. La santiagueña jugó los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, y tres mundiales (2003, 2007 y 2019), un récord que comparte con la arquera Vanina Correa. Después de conseguir el ascenso a la máxima categoría con el Villarreal, pasó al Alhama CF de Murcia, y a sus 40 años, será el sexto club en el país europeo después de haber jugado en Independiente y San Lorenzo en nuestro país.

Como tantas otras jugadoras, Mariela empezó jugando entre varones. Con su hermano se escapaban de la hora de la siesta en Santiago del Estero para poder jugar en la cancha del barrio, y a los 14 jugó sus primeros torneos en la Provincia. “Trabajaba en una panadería y al mismo tiempo me entrenaba”, dice Coronel. A 26 años de sus inicios, la mediocampista recuerda su paso por Independiente y San Lorenzo, donde entrenó durante un año para el club de Boedo pero los fines de semana jugaba para el rojo de Avellaneda porque no le daban el pase.

Por: @mflorenciarincon@Globalonet.web


Fotografía de archivo: Mariela Coronel en las fotos oficiales del mundial de Francia 2019.

Pasó por pruebas de River en el 97´ y Boca en el 98´con 16 y 17 años, y recuerda: “En River había muchas chicas y un solo día de prueba, era imposible ver a cada una, ya que éramos 48 jugadoras el DT era Coco Torres”. En Boca se probó con el DT Seoane. La seleccionaron, tenía familiares en San Fernando, pero le quedaba muy lejos ir a entrenar a Parque Sarmiento, así que desistió de seguir. Al año siguiente (1999) se probó en Independiente donde le fue mejor, pero era julio y ya había cerrado el libro de pases. Le dijeron que la iban a fichar el próximo año y que no se comprometiera con otro club. En febrero del 2000, le mandaron 50 pesos para el viaje, tomó el tren con Marta Arias otra jugadora rememora: “Ella se ofreció a acompañarme yo tenía 18 años y no lo pensé, agarré mi bolso y me fui”. Luego de 27 horas de viaje, llegó a Buenos Aires y se fue directamente a entrenar.

En el año 2006 en una gira con la selección visitó el País Vasco para jugar dos amistosos. La filmación de esos partidos llegó al club Prainsa Zaragoza, el cual mostró interés por la jugadora. En abril 2007 Zaragoza le envío el precontrato profesional para firmar. Pero San Lorenzo, donde Coronel jugaba, les dijo que no iba a firmar si no había una retribución por el pase, pedían 4000 Euros. Finalmente lo pagaron, pero ese dinero ni siquiera se destinó al fútbol femenino. Lo usaron pagar premios del futsal masculino.

La Santiagueña disputó ocho temporadas en el Prainsa Zaragoza del 2007 al 2015 de ahí pasó a Atlético Madrid (2015/2016) donde se convirtió en la primera jugadora argentina en disputar la Champions League, y además ganó la Copa de la Reina. Jugó más de 230 partidos en la Liga Iberdrola.

En la segunda categoría del fútbol español, ascendió con el Madrid CFF en 2016/17 jugó tres temporadas en Granada y ascendió con el Villarreal en la última temporada.

Fotografía de archivo: Mariela Coronel disputa una pelota contra Japón en el último mundial de Francia.

¿Qué es lo que más recordas y que diferencia notaste más significativa al llegar a España?

Los entrenamientos, llegar antes tomar mate, charlar reírte un rato, después entrenar. Los torneos no estaban bien organizados no se ahora, entrenabas durante la semana y quizás el fin de semana llovía torrencialmente y no jugabas. A veces las instalaciones directamente estaban cerradas, eras el último equipo del club a tener en cuenta. En Argentina es mucho más sacrificado el esfuerzo es el doble o el triple.

En España la diferencia es muy grande, el compromiso de la institución hacia la jugadora, tener tus materiales para el entrenamiento, tener parte del club a tu entera disposición gimnasio, etc. Poder entrenar por la mañana, cinco de los siete días de la semana. A mí me encanta entrenar lo disfruto.

¿Cómo fue la adaptación a la vida en otro lugar y al fútbol de Europa?

Me siento una persona muy afortunada, he tenido la suerte de llegar lejos. El Prainsa Zaragoza es un club de familia y así me lo hicieron sentir. Me costó la primera temporada, no desde la parte física sino desde la parte táctica, los planteos de los partidos, las posiciones, adaptarme a los entrenamientos. Mi familia me veía poco estuviera en Buenos Aires o en España, así que se acostumbraron. No me costó irme, me considero una persona muy independiente, no soy tan arraigada a la familia este año cumplí 21 años lejos de mi familia.

Pasaste muchas temporadas en Zaragoza, ¿fue el club con el que más te identificaste?

Cuando llegas a un equipo donde te sentís muy cómoda piensas -Coronel tiene más modismos de española que de argentina- más con el corazón que con la cabeza a la hora de renovar o recibir propuestas. Si hay algo de lo que me arrepiento es de haber pasado tantas temporadas, me perdí tal vez el aprendizaje del cambio, me quedé estancada en lo futbolístico, estaba muy cómoda ahí y cuando decidí salir llevaba ocho temporadas y la verdad que en dos años aprendí muchísimo más que en los ocho anteriores. Estar en la zona de confort hace que nos mantengamos en el mismo sitio. En Zaragoza me trataron muy bien siempre, salvo los últimos dos años donde tuvimos diferencias en lo económico. Con 35 años me di cuenta de que tendría que haberme ido antes, de que había pasado demasiados años en el mismo equipo. En ese momento estaba Levante, Rayo, Espanyol, Valencia que eran equipos poderosos. El Levante estuvo varias temporadas detrás de mí, pero no me di la posibilidad.

Fotografía de Archivo: Coronel en un partido con el club Granada.

¿A pesar del ascenso no renovaste con el Villarreal?

No me lo esperaba, una jugadora que juega todos los partidos, creo que estuve a la altura de todos los partidos. Al final esto es fútbol y se valoran otras cosas, pensarán que a mis 40 años no soy capaz de poder enfrentarme a equipos de primera división, esas son valoraciones de ellos. A mí me dijeron que no iban a necesitar mi perfil de jugadora en el equipo y así lo tomé. Mientras que yo sea la que decida hasta cuando jugar y entrenar, las otras son decisiones que no depende de mí y yo sigo adelante. El fútbol es esto levantarte y seguir adelante.

“El máximo logro del fútbol es que a mis 40 años siga jugando”, declara “la vieji” como la llaman sus compañeras de juego. Además, afirma que nunca se sintió frustrada por cosas que no dependían de ella. Puede no ganar, o no hacer un buen partido. Pero la palabra frustración no entra en su vocabulario.

“Nunca me puse una meta o límite. Cuando llegué a Buenos Aires de Santiago del Estero dije: juego cinco años y me vuelvo, y al final me adapté. Cuando llegué a España dije: dos tres años y me vuelvo a Buenos Aires y llevo 14 años aquí. Con el fútbol me pasa lo mismo. Colgaré los botines no el día que pierda la ilusión , mientras tanto quiero seguir disfrutando, aprendiendo”, concluye la jugadora incansable que cuando deje de jugar será técnica. Quiere dedicarse a las categorías menores, ser formadora de jugadoras. Al respecto reflexiona:

Noto que en el fútbol femenino tenemos muchas carencias, yo tuve que aprender muchas cosas de grande, el hecho de no tener una base como los varones. Trabajar conceptos básicos como control y pase, perfilaciones, cabecear, no tener miedo, jugar con ambas piernas. En Argentina lo primero que te enseñan es a gambetear un conito”.

Florencia Rincón.