Qatar: el humo y los silencios cómplices

El mundial de Qatar arrancó con el pie izquierdo desde su designación. Obreros muertos en las construcciones y homofobia que apenas intentan maquillar.  Sin embargo, la cita mundialista sigue en pie y nada de lo que hacen las autoridades del país organizador parece generar repudio en el “mundo del fútbol”.

Por: @Ezequiel.Olasagasti@Globalonet.web


A poco menos de un año del inicio del mundial de Qatar 2022, las recientes declaraciones del principal encargado de la organización sobre la comunidad LGBT+ volvió a generar polémica en la comunidad occidental eurocéntrica.

El organizador del torneo, Nasser Al Khater, declaró en una entrevista que la comunidad LGBT+ sería bien recibida en el país y aseguró: “Qatar es un país tolerante y acogedor”. Estas declaraciones fueron hechas a propósito de los temores que había expresado Joshua Acavallo, jugador australiano de fútbol que hace poco declaró ser homosexual. Acavallo expresó que sentía miedo de ir a Qatar tras ver las noticias sobre el trato que la comunidad gay recibe allí. A pesar de que Nasser intentó poner paños fríos a la preocupación, no dudó en dejar en claro que no todo sería un paseo por la pradera. El organizador pidió que las personas pertenecientes a la comunidad LGBT+ no realicen demostraciones públicas de afecto. “Esto es lo que le pedimos a los fanáticos. Respétanos las diferentes culturas y esperamos que otras culturas respeten la nuestra”, declaró Al Khater, tratando de disfrazar la homofobia entre la historia de la sociedad de su país.

Todo se perdona

El mundial de Qatar arrancó con el pie izquierdo desde su designación. Las voces que acusaban corrupción detrás de la elección de país árabe no se hicieron esperar. Qatar consiguió ser pionero en varias áreas mundialistas, siendo el primer país del mal llamado Medio Oriente en recibir la cita mundialista. También logró que se cambie la fecha de inicio de esta para noviembre, en pos de beneficiar a la competencia con mejores condiciones meteorológicas. Algo que no había pasado nunca en casi 100 años de mundiales. No importaban los terremotos antes de México ´86 o la guerra en ciernes en la época de Italia `34 o Francia `38. El Mundial se juega en junio sí o sí. A menos que seas Qatar.

La organización qatarí parece tener la habilidad de esquivar todo lo que en otras latitudes está mal visto. En plena era de la cancelación, el mundo del fútbol no se ha expresado contra la política homofóbica del próximo mundial. Esto resulta extraño teniendo en cuenta los recientes gestos en todo el mundo futbolístico. Recordemos la polémica sobre una posible sanción al arquero de la selección alemana, Manuel Neuer, por usar una cinta de capitán con los colores de la bandera del orgullo LGBT+. Del mismo modo se había iluminado el estadio Allianz Arena con estos colores por el mes del orgullo en el partido de Alemania contra Hungría. Este último había aprobado una ley para que no se trasmita por televisión cualquier mensaje que pudiera promulgar la llamada “ideología” LGBT+. En esa oportunidad a la Selección Alemana le pareció correcto ir contra la decisión de otra nación, pero parece ser que a Catar le tienen más paciencia.

Otro de los que no se ha escuchado criticas es del ex jugador y referente de la selección de Estados Unidos, Landon Donovan ¿Por qué se esperaba algo en particular de este ex futbolista? Donovan es director técnico del San Diego Loyal SC y en 2020 decidió retirar a su equipo de un partido contra el Phoenix Rising. La decisión fue tomada como protesta contra los comentarios homofóbicos que había recibido uno de sus dirigidos, Collin Martin, quien es gay. El excapitán de la selección estadounidense fue aplaudido por todo el mundo deportivo por su apoyo a la comunidad LGBT, por lo que resulta extraño que no se haya expresado aun sobre el mundial de Catar o los dichos de su organizador.

La Premier League es otro de los lugares donde se esperaría algún grito de rechazo por los dichos de Nasser. Teniendo en cuenta que esta liga muestra con bombos y platillos su apoyo a la comunidad LGBT+ siendo parte de Rainbow Laces, una campaña para la inclusión en el deporte. Pero, a pesar de que pusieron los colores del arcoíris hasta en los cordones de los botines, no hubo algún comentario sobre las medidas que se tomarán en Qatar contra el público miembros del colectivo LGBT+.

Los únicos que, por ahora, parecieron hacer algún tipo de gesto fueron el ex futbolista David Beckham y el piloto heptacampeón de la Fórmula1, Lewis Hamilton. El ex delantero del Manchester United y actual dueño del Inter de Miami fue tentado con un contrato millonario para ser la cara del Mundial de Qatar. Sin embargo, Beckham puso como condición que en el Mundial se permitiera exhibir, en todos los estadios, las banderas con los colores del de la comunidad LGBT+.

En tanto que Hamilton, compitió en el gran premio de Qatar, realizado en noviembre, con un casco con los colores del arcoíris. El inglés pretendía poder mostrar su apoyo a la comunidad LGBT+ en pleno suelo catarí. Son solo gestos, pero fueron mucho más lejos de lo que por ahora se ha expresado cualquier liga, jugador en actividad, conferencia o incluso la propia FIFA.

La utopía del boicot

A mediados de mayo del corriente año había tomado envión un intento de boicot contra el Mundial de Qatar 2022. La medida fue impulsada en protesta a la cantidad de obreros heridos y muertos durante la construcción de los descomunales estadios y la infraestructura que se pretende para la copa del mundo. Según fuentes, más de 6.500 trabajadores han fallecido bajo las brutales condiciones de trabajo del gobierno qatarí.

La protesta no fue tomada a la ligera. Selecciones fuertes de Europa como Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Bélgica se habían pronunciado sobre la situación de los obreros en Qatar. La selección belga incluso salió al campo con una camiseta que llevaba la frase: “El fútbol apoya el cambio”. Sin embargo, las injusticias que motivaron el pedido de boicot se conocen desde hace décadas y no le movió ni un pelo a la FIFA, ni a los dirigentes de los clubes, ni a los jugadores hasta hace uno meses. Y como se ve, fue solo una bomba de humo para la tribuna que no avanzó en lo más mínimo.

La Agrupación Deportiva Ibérica LGBT+, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales Intersexuales y más (Felgtbi+), así como la Fundación Triángulo, condenaron las palabras de Al Khater e hicieron un llamado para que «No se vendan los grandes eventos deportivos a países que no respetan los derechos humanos». Los movimientos LGBT+ han protestado contra el mundial desde el mismísimo momento que Catar fue designado como sede. En contraposición, el mundo del fútbol ha tomado una postura más conciliadora. Aseguran que algo tan popular como el mundial será de gran ayuda para que la sociedad catarí se aggiorne a las nuevas concepciones sobre los derechos humanos. El entrenador de la selección Bélgica, Roberto Martínez, dijo que, a pesar de que se saben los problemas, todos están seguros de que Catar seguirá todas las instituciones de los derechos humanos. Pero como demuestran las declaraciones de Al Kather y las condiciones de trabajo en el país, pareciera que a los cataríes no les estaría llegado el mensaje. “No hay que dar la espalda, no hay que boicotear. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que todo el mundo participe y que sea un Mundial exitoso. Y luego, a partir de ahí, asegurarse de que el cambio está ahí”, agregó Martinez por si alguien se había ofendido por el tibio mensaje de -El fútbol apoya el cambio– con el que sus jugadores habían saltado a la cancha tiempo atrás.

Qatar sigue esperando el pitazo inicial del partido inaugural y muchas selecciones siguen peleando por estar en la cita. No hay tiempo para preocuparse por nada que no sea clasificar, ganar y levantar la copa.

Ezequiel Olasagasti.