Es hipoacúsico y comenzó a nadar a sus 13 años por recomendación médica. A partir de allí se enamoró de la natación. Durante el 2020 tuvo que sortear diferentes obstáculos que se le presentaron en el camino para seguir nadando. No estuvo solo, sus papás, Marta y Edmundo, le construyeron un andarivel hecho con chapas y ramas en el jardín de la casa para que él pudiera seguir disfrutando de su pasión.
Por: Globalonet.web – @martinellilu

¿Qué significó para vos que tus papás hayan construido la pileta para que puedas empezar a entrenar y estar a la par de los otros competidores?
Lo que hicieron mis papás fue un gran aporte a mi carrera, son los que siempre están ahí, bancándome y dándome aliento para salir adelante. Siempre me dijeron que era importante que pudiera seguir con mi pasión en la natación, porque me ayudaba con mi salud, tanto física como mental. La construcción de la pileta en mi casa fue un verdadero acto de amor, siempre voy a estar agradecido por eso, en el peor momento de la pandemia, me ayudaron a salir adelante y no dejarme caer para que pudiera seguir entrenando.
¿Cómo fue comenzar a representar al Polideportivo La Patriada de tu localidad?
A los 15 años empecé a competir en una liga de zona Sur que se llama CIDENA donde me empecé a medir con otros nadadores, dándome cuenta que era bueno en lo que hacía. Luego me llamaron para representar al Polideportivo La Patriada, fue una sensación rara y única a la vez porque era la primera vez que me daban la posibilidad de representar a un club con mi deporte.

¿Qué representa Guillermo Nobre para vos en todo este camino que estas realizando como nadador?
Guillermo fue un gran entrenador para mí, hizo que cambiara mi rendimiento en el deporte e hizo que tuviera más logros en mi carrera. Me ayudó a llegar a un nivel para poder federarme en el deporte y eso es algo único e inigualable en este deporte y creo que en cualquiera. Gracias a él y mis compañeros, pude conseguir un tercer puesto a nivel nacional argentino juvenil en los 200 pecho, siendo la mejor carrera que corrí en mi vida.
Fuiste campeón Bonaerense, de los Juegos Nacionales Evita y participaste en un campeonato de aguas abiertas en Chascomús en 500 y 700 metros donde saliste primero, ¿alguna vez soñaste con todo lo conseguido hasta ahora con tan corta edad?
Nunca hubiera soñado con conseguir todos los logros y triunfos que fui cosechando. La realidad es que en ese momento que fui compitiendo y ganando, me tomaba la natación como una pasión, no la veía como un deporte de alto rendimiento. Me empecé a enfocar mucho más en el entrenamiento, con constancia y perseverancia pude lograr todo lo que conseguí hasta ahora.

¿Cómo fue federarte en 2019, lograr llamar la atención de Marcela Belviso por tu rendimiento y ser convocado al Campus 2020?
El llegar a estar en la puerta de un seleccionado argentino fue una sensación abrumadora, tenía muchas ansias y emociones por poder estar ahí. Cuando ingresé al Campus quería que la hora se detuviera, tenía la necesidad de aprovechar cada segundo y cada entrenamiento enriqueciendo mi formación como nadador.
¿Cuántas veces entrenas por semana?
Por el momento estoy entrenando 2 horas 4 veces a la semana. Es algo que disfruto mucho y quiero en cada entrenamiento rendir un poco más para poder llegar alto en el deporte.
Nadaste también en aguas abiertas, ¿Cuál es la diferencia con nadar en una pileta? ¿Cuál te gusta más?
Hay muchas diferencias entre nadar en aguas abiertas a una pileta. Estar en una pileta implica pensar tanto en los metros que hay, en los andariveles, la claridad de los azulejos, ciertas cosas que en algún punto de la competencia pueden llegar a marearte. Pero en aguas abiertas las sensaciones son únicas, hay doble esfuerzo físico teniendo en cuenta el viento, el sol, los rayos ultravioletas, ciertas situaciones del contexto que te llevan a un límite.
Lucía Martinelli.
