El exitismo y el triunfalismo atraviesa las sociedades casi en su totalidad, y el deporte es uno de los mejores testigos. En la Argentina, por un lado, reconocemos a Maradona, Ginóbili, Fangio, Sabatini y Lucha Aymar. Mientras a Messi y la camada de jugadores previos a la consagración de la Copa América fueron criticados a pesar de haber jugado tres finales en tres años. Lo mismo ocurrió en el tenis, hasta que en 2016 se consiguió la primera Copa Davis. Carlos Reutemann también fue víctima de esta mala costumbre que, a veces, parece ser un rasgo distintivo de nuestra sociedad.
Por: @Ivan.ialunersomoza – @Globalonet.web

Este 7 de julio se cumple un año de la muerte del Lole. Quizás no haber llegado a ser campeón empezó a nublar una extensa trayectoria que terminó eclipsada por su desembarco en la política tras su retiro deportivo. Durante una década fue protagonista de la Fórmula1 y sus inicios en el automovilismo local lo colocan como uno de los grandes de la historia nacional de los motores.
Inició su carrera en 1965, corriendo con Fiat en el Turismo Carretera y a los pocos años comenzó a competir en Fórmula 2 en la Argentina. El primer gran salto fue en 1970, cuando se mudó a Europa para integrarse al equipo del Automóvil Club Argentino en la F2. Compitió dos años en esa categoría, y finalizó cuarto en la primera temporada y segundo al año siguiente. Había hecho los méritos suficientes para llamar la atención de las grandes escuderías de Fórmula1.
Al comienzo de la temporada de 1972, la escudería Brabham lo contrató para competir en la máxima categoría. Para incrementar la épica de su historia, Buenos Aires era el circuito de su presentación profesional. En esa carrera, consiguió un récord histórico que sólo volvió a repetirse una vez: fue el primer piloto en conseguir la pole position, es decir, ser el más rápido en las rondas de clasificación y salir desde el primer lugar en su debut. Sin embargo, un problema en los neumáticos lo obligó a hacer varias paradas en boxes, y terminó séptimo.

En su primera temporada, obtuvo la primera edición del Gran Premio de Brasil, en Interlagos, aunque esta carrera no otorgaba puntos oficiales al campeonato. En 1973 consiguió sus dos primeros podios oficiales y finalizó séptimo en el campeonato de pilotos. Para 1974, Brabham apostó a un nuevo modelo de auto, y repercutió tanto para la escudería como para él. Lole consiguió sus primeras tres victorias, en los circuitos de Sudáfrica, Austria y Estados Unidos. El equipo finalizó quinto en el campeonato de constructores y el santafesino fue sexto en el torneo de pilotos. En 1975 obtuvo una de sus mejores actuaciones. Se subió cinco veces al podio, una de ellas en Alemania, uno de los circuitos más complicados de la F1.
Fue tercero en la clasificación general. Pero en 1976, las buenas actuaciones se esfumaron. Brabham acordó con Alfa Romeo la creación de un auto en conjunto que no funcionó. Reutemann tuvo que abandonar en siete carreras y solo consiguió sumar puntos en el Gran Premio de España. Esto lo llevó a negociar una salida a medio de la temporada y ser contratado por Ferrari, que necesitaba un sustituto a causa del accidente de Niki Lauda. El nuevo acuerdo tampoco favoreció al argentino, ya que, contra todos los pronósticos, el austriaco volvió rápidamente a competir y “Lole” solo pudo competir una vez en el año con la escudería italiana. En 1977 se posicionó como el segundo piloto de Ferrari, detrás de Lauda. Para esa temporada, su auto presentó una innovación que hoy se encuentra totalmente instalada. La adhesión de un alerón trasero que potenció el rendimiento del motor. Con esa Ferrari, Reutemann se subió al podio de las dos primeras carreras, Argentina, donde fue tercero, y Brasil, donde fue ganador. Años más tarde, afirmó que esa fue su mejor carrera. Llegó a mitad de temporada al mando de la competencia de pilotos. Sin embargo, su rendimiento cayó y Lauda demostró toda su jerarquía para recuperar el mando de la escudería y coronarse campeón del torneo.

1978 fue su último año en Ferrari. La salida de Lauda del equipo lo posicionó como el conductor estrella de la escudería. Compitió junto al joven Gilles Villeneuve, que solo pudo correr seis años debido a su muerte en un accidente en el Gran Premio de Bélgica. Lole ganó nuevamente en Brasil, y fue primero también en Gran Bretaña y en dos circuitos norteamericanos (Long Beach y Walkings Glen). Lo que podía ser su primer campeonato se vio frustrado por la gran temporada de los dos pilotos de Lotus, Andretti y Petterson, que finalizaron en primer y segundo lugar respectivamente.
Lole terminó detrás de ellos. Pero en aquel 1978, un problema más grave marcó el calendario de su trayectoria. A través de una falla mecánica en una carrera en España, su auto chocó y el impacto lo hizo volar sobre la barrera de contención. En aquel momento, la Formúla1 empezaba a mejorar las protecciones para los pilotos, y Reutemann no tuvo serias consecuencias a pesar del fuerte golpe.
Un año más tarde, y ya recuperado se mudó a Lotus y en la nueva temporada daba sus frutos con los primeros puntos en las siete carreras iniciales. Pero Ferrari siempre está presente, y con dos nuevos autos mejorados junto a la destreza de sus pilotos, quedaron en primer y segundo lugar del torneo. Finalmente, la apuesta no salió como esperaba, ya que la escudería italiana lideró por completo la competencia de 1979, a pocos meses de su salida. En 1980, fichó por Williams y volvió al primer plano de la escena. En la primera carrera de ese año, en Buenos Aires, se vio una de las imágenes más recordadas de Reutemann. Se encontraba en primer lugar faltando pocas vueltas para el final, pero su auto sufrió una falla en el motor que lo retiró de la competencia. Lole se bajó de su auto, se saco el casco y se sentó a llorar frente a 80 mil personas.

Una vez más no conseguía ganar el Gran Premio de Argentina, carrera que nunca pudo ganar. El resto de la temporada mejoró notablemente, ganó en Mónaco, de los más complicados. Consiguió ocho podios más, y finalizó tercero en el campeonato. Su compañero, Alan Jones, gritó campeón y para la escudería Williams fue un año impresionante.
1981 podría haber sido el año de su consagración. Aun en Williams, los problemas con Jones lo privaron de campeonar. En el Gran Premio de Brasil comenzaron los problemas. El equipo le había indicado a Reutemann que permitiese que Jones condujera su auto, el mejor de la escudería. Esto ya había ocurrido en el Gran Premio del Oeste, en Estados Unidos. Lole aceptó hacerlo la primera vez, pero no en Brasil, una de las carreras que estaba acostumbrado a ganar y que volvió a conseguirlo ese año. Durante el resto de la temporada, Reutemann consiguió más puntos que Jones, con el que siguió enfrentado, sobre todo después del Gran Premio de Alemania.
Allí nuevamente se le exigió que le deje su auto a su compañero, y Reutemann debió correr con el tercer auto de la escudería. Lole no pudo finalizar esa carrera por una falla mecánica. A pesar de esto, llegó a la carrera de Las Vegas, última del año, con posibilidades de ser campeón. Consiguió la “pole position” para Las Vegas. El segundo puesto en la largada era Jones. Lejos de cualquier tipo de compañerismo, su colega de equipo lo adelantó en la quinta vuelta. A cinco vueltas del final, la caja de cambios del Williams de Reutemann falló, perdió la cuarta marcha y quedó relegado al octavo lugar. Logró sumar un solo punto en esa carrera, y el título fue para el brasilero Nelson Piquet. El argentino terminó la temporada segundo, a dos puntos del brasilero.
La guerra de Malvinas en 1982 fue la que le puso fin a su carrera. Con la temporada recién iniciada, el conflicto bélico entre Argentina e Inglaterra provocó severos cruces entre Reutemann y la escudería de origen británico. Luego de correr en Interlagos, Lole dejó la competencia. Con la Formula1 en el pasado, Reutemann compitió dos años en el Rally Argentina, con FIAT en 1984 y en 1985 con Peugeot. En ambas ocasiones fue tercero.
Su enorme popularidad, el gesto simbólico de dejar de competir con un equipo inglés en medio de la guerra de Malvinas y su interés por la política lo llevaron a volcarse a esta nueva carrera. Fue gobernador de Santa Fe en dos ocasiones (1991-1995 y 1999-2003). Desistió de ser candidato a presidente en 2003 y prefirió postularse como senador ese mismo año. Solo dejó el senado por dos años, de 2007 a 2009. Allí fue reelecto y permaneció en el cargo hasta su muerte. Hasta hoy, Reutemann es junto a Fangio, los únicos argentinos en ganar un Gran premio de la Fórmula1. No campeonó, pero compitió mano a mano durante diez años contra muchas de las mejores figuras de ese deporte. El exitismo, el no haber podido nunca ganar en Argentina y su paso por la política quizás lo marginaron del reconocimiento, pero debe ser uno más en los grandes laureles del deporte argentino.
Iván Ialuner Somoza.
