Se jugaban 9 minutos del partido entre Gimnasia La Plata y Boca Juniors cuando el humo de los gases lacrimógenos ingresó al estadio. Una vez más, la represión le ganó al deporte y sumó una nueva tragedia.
Por: @Agustinpalmis – @Globalonet.web

En la recta final del torneo se vivió un nuevo hecho de violencia policial en la puerta del estadio Juan Carmelo Zerillo. Un total de 400 casquillos de balas de goma fueron encontrados en las inmediaciones de la cancha, donde una niña recibió un disparo en la cara, un niño perdió la visión y César ‘’Lolo’’ Regueiro murió a causa de un paro cardiorrespiratorio por no poder respirar debido a los gases disparados por las fuerzas de seguridad. “Me pegaron un tiro en el ojo porque tenían ganas”, dijo Rodrigo, un fanático del Lobo que perdió la visión y se encuentra internado en el hospital Rossi. A su esposa le dieron 9 disparos en la espalda.
Mientras tanto, el ministro de seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, que además de abogado y militar es médico, dijo que el operativo no fue bien resuelto y omitió que el deceso de Regueiro, se produjo por la imposibilidad de respirar a causa de los gases lacrimógenos. En medio de estos dichos, se observó en todos los medios y plataformas de redes sociales el accionar violento de un organismo que pareciera tener vía libre para disparar, incluso a quienes trabajaban en la zona como Fernando Rivero, camarógrafo de TyC Sports.
Dentro del estadio los hinchas intentaban escapar, pero las puertas estaban cerradas. Ivana Rodríguez, la voz del estadio de Gimnasia contó la desesperación que se vivió dentro de la cancha: “Estuve buscando familiares de menores que se perdieron hasta la medianoche”. En el medio del caos, jugadores del Lobo buscaban a sus familiares entre la platea y otros asistían a la gente con botellas de agua, Marcos Rojo, fue uno de ellos. Mientras tanto, la decisión de quienes estaban entre la tribuna era escapar de algún modo y sin importarles perder calzado, camisetas o celulares. Afuera disparaban, adentro no se podía respirar.
En la Argentina, entre las malas condiciones que viven los y las protagonistas que juegan en el ascenso se suma la inseguridad que viven las personas que se acercan a los estadios en todas las categorías. Cuando la policía mató al hincha de Lanús, Martín Javier Jerez en la puerta del estadio Único de La Plata en 2013 fue la última vez que el fútbol local tuvo parcialidades de ambas instituciones en una cancha. A pesar de eso, los enfrentamientos de los organismos de seguridad con las personas que se acercan a las canchas se repiten con frecuencia y con violencia. Estas situaciones, ¿se generan adrede? ¿la policía busca generar estos hechos para aumentar los costos de los operativos y hacer caja con la violencia?

Una semana antes, en Indonesia, país sede del mundial sub20 del 2023, se jugó el clásico entre Arema y Persebaya, donde los locales perdieron 3 a 2. El clima en el estadio era similar al de una caldera, y los jugadores ofrecieron disculpas a las 40 mil personas por perder el partido. Algunos hinchas invadieron el terreno, unos pocos, luego cientos, y llegaron a ser 3 mil en el campo de juego. La policía reprimió con balas de goma dentro y fuera de la cancha. Como en La Plata, la decisión era quedarse sin respirar o salir a recibir disparos.
En una de las salidas, una puerta angosta, la gente se agolpó para salir y muchos no lo consiguieron. En el tumulto empezaron a aparecer cuerpos en el piso, inertes. Finalmente, el resultado es terrible, 125 muertos, 32 son niños y 300 heridos. Al otro lado del mundo, la lógica policial es similar, y el resultado de los hechos ocurridos en La Plata también podría haberlo sido.

“La policía actuó de la peor manera y evidentemente la policía está para proteger y no para agredir”, dijo el Gobernador bonaerense Axel Kiciloff. Mientras tanto Nahuel Falcón, el efectivo policial que disparó contra el camarógrafo de TyC, se encuentra detenido desde el viernes. El policía argumentó que su accionar fue para impedir mayores disturbios. Aunque la violencia, salió de las propias armas de los organismos que deben brindar seguridad, los acusados son solo dos, aquel policía y el titular de la comisaría 9ª Juan Manuel Gorbarán, quien estuvo a cargo del operativo.
En medio de un fin de semana marcado por la tragedia, donde a los hechos de La Plata se sumó la muerte en la ruta 9 de la jugadora Giuliana Gómez de Argentino de Merlo, la pelota no se frena, los partidos continúan y la política se mete en medio del proceso judicial.
Las altas cúpulas gubernamentales buscan salir ilesas del accionar represivo sin importar los heridos y las muertes de un fútbol que, cada día, queda más marcado por la tragedia. Con Regueiro el número de víctimas fatales llegó a 346.
Agustín Palmisciano.